
Hay cosas que marcan tu vida desde pequeña, me pasaban cosas que para los demás eran tonteras pero que hasta el día de hoy recuerdo.
Estaba en kinder y como se acostumbraba, había un día donde todos teníamos que ir disfrazados y se premiaba al mejor. Mi abuela me hizo el disfraz, era de campanita, si , la misma de Peter Pan, tenia mi vestidito verde que lo encontraba parecido al de Vilma Picapeidra, mi mama se encargo de los accesorios como mis alitas y mi varita mágica que la forro con sus telas brillantes, todo era perfecto. Llega el gran día, me peinaron con un tomate que me tiraba tanto tanto pero no me importaban, quería ser la mas linda, me maquillaron, lucia como de cuento de hadas.
Llego al colegio, miraba al resto y me daba cuenta que era la mejor, yo encontraba que mi disfraz era lejos el mas original, estaba segura que ganaría. Llega el gran momento estaba segura que el nombre que darían seria el mío, estaba realmente ansiosa, y la ganadora es…
¡No fui yo!, tenia mucha rabia porque la que gano tenia un feo disfraz de india llevaba un vestido azul y una pluma en la cabeza ¡eso era todo!
Luego salí con mi mama me tomaron fotos, pero ya era demasiado tarde, la rabia no se iba.