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Trepelina caminaba por un lugar limpio, realmente hermoso, a salvo de todo, sabia que nada la podía dañar, nada ni nadie, la completa felicidad había llegado, en un principio algo andaba mal Trepelin no podía entender la nueva realidad en la que vivía, no estaba acostumbrado al rosa, le gustaba el desastre, día tras día compartiendo, su color empezó a cambiar y se transformo en el perfecto rosa, no lo podía creer, Trepelin que nunca necesito rosa estaba feliz con el cambio, Trepelina se sentía a gusto podría todo su vida ser así, una comedia, llena de carcajadas, pero ella siempre quiso volar, así que de repente se topa con un camino extraño, lleno de luces, y tenia líneas de colores, no lo pudo evitar, corriendo, saltando, llego ahí, pudo hacer lo que siempre quiso, hablar lo que sea y no era una locura, pero el lugar no era perfecto faltaba el arcoiris, pensaba que jamás saldría, porque un duende ya había dejado una olla con monedas de oro, eso la perturbaba porque solo ella quería descubrir la olla en el arcoiris, no podía vivir en forma paralela este mundo, la tristeza llegó, porque en este mundo la inseguridad era latente y ella no estaba acostumbrada a eso, así que se subió a una nube y al fin pudo volar, aunque fuese sólo por unos segundos; la sangre aún sigue corriendo.